miércoles, 29 de mayo de 2013

Los tejidos resinados

Ya conocimos en su día, a los tejidos acrílicos.  De ellos hoy nos interesa recordar su acabado, mediante una capa de “apresto” o barniz, que los hacía resistentes al agua, así como repelentes a la adhesión de polvo y suciedad.

Pues bien, los tejidos resinados nacieron fundamentalmente para su uso en cubrimiento de embarcaciones, y también para la confección de mochilas  e indumentaria deportiva.
En estos dos apartados finales, cayó rápidamente en desuso, debido a que, en el empleo de estas aplicaciones, el tejido sufre acciones de arrugado y doblado, con lo que, la capa de resina se desprende con relativa facilidad.

De hecho, el tejido resinado no es más que un tejido acrílico, teñido normalmente a la masa, al que se le da como protección adicional y por una sola de sus caras, una capa de resina sintética a modo de complemento. A priori se nos puede presentar como una mejor característica que un “apresto” o barniz. Pero... analicemos

Evidentemente, dicha capa puede tener mayor o menor espesor, y de ello dependen en gran manera sus características técnicas finales, que derivan en su respuesta al agua.

Para comprobar dicha respuesta, se emplea un ensayo llamado Test de Schmerbereg o de la columna de agua.

Os explico un poco en qué consiste.

Basado en la teoría de los vasos comunicantes, pretende medir la impermeabilidad de un tejido en función de la columna de agua que tenga encima.

Consiste en colocar una muestra del tejido recubriendo herméticamente la boca de un vaso comunicado a una pipeta graduada en milímetros, a la que se le va añadiendo agua hasta que aparece una gota al otro lado.

De la cantidad de líquido introducido se obtiene el valor de la impermeabilidad del tejido que como mínimo debe mantenerse por encima de los 1000 mm. Esta cantidad puede expresarse también en unidades de presión bar (1 bar = 10000 mm).

Este ensayo nos da un valor, pero nosotros debemos considerar específicamente su connotación en cuanto al empleo del tejido en un toldo. Y en esta aplicación, el agua no alcanzará un valor elevado de altura en milímetros sobre el tejido, ni aún en el caso de un toldo con 0º de inclinación.


Un consejo que consideramos  importante:

ATENDER A LAS ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DEL FABRICANTE.

En muchas de ellas, podremos comprobar que, o bien no se citan esos datos, o son realmente muy parecidos a los obtenidos con el tejido acrílico que entendemos como normal.

Un detalle a tener en cuenta:

La capa de “apresto” se da al tejido acrílico por ambas caras, mientras que el resinado, (de no indicarse lo contrario) suele ser monocapa, es decir, tan solo por uno de los lados.

Este detalle, para la elaboración de fundas de barco ya se tiene presente, pero en el caso de tejidos para toldo, debe tenerse todavía más presente aún, si cabe, para no errar en la colocación de las distintas tallas.

Y como colofón del artículo de hoy, valorar y comparar el peso de ambos tejidos, para poder tener todas las armas de juicio. Ya sabéis, el urdido y el tramado (cantidad de hilos empleados por centímetro cuadrado, en sentido vertical y horizontal del tejido).

Existen otros tipos de acabado en tejidos, tales como el hidrofugado, el deperlante, el inducido, el empleo de  membranas microporosas o poliméricas… Todas ellas, debido a su baja respuesta en toldo, y a su elevado coste, no suelen emplearse en la opción que nos ocupa.

Como siempre, la decisión final en la selección corre de vuestra cuenta. Pero para tomarla, valorar bien las variables, y si no están a vuestro alcance, PEDIRLAS al fabricante


¿Interesante? Espero que sí….

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