sábado, 10 de mayo de 2014

Grandes superficies

El mercado comercial, en todas sus vertientes, está sujeto a constantes cambios
Cambios que no siempre pueden calificarse como evolución.

Y es que cuando entramos en la posibilidad de encontrar un filón, basado en el aumento del consumo, cierto es que ello repercute en el precio del producto, optimizando sus costes de producción, pero no siempre es aplicable en todos los procesos.
Y mucho menos, cuando hablamos de un sector en el que el producto a medida se constituye como la base de  la demanda.
Pero la globalización, no perdona. Y aunque haya sido necesario recorrer mucho más camino ( = mucho más tiempo) para llegar a la situación actual, estamos ya de lleno sumergidos en la vorágine del toldo estandarizado en medidas. Y en calidad.

Esa es, todavía, nuestra tabla de salvación.


Cientos, miles... de toldos estandarizados, metidos en contenedores y llegados a nuestras costas desde el mundo oriental, se pueden ver llenando ya los escaparates y los estantes de las grandes superficies comerciales de bricolaje.
Nacidos para penetrar en el mercado del "hágaselo Vd. mismo", y con un nivel de calidad en sus componentes, estudiado para ser un artículo de temporada.
Lejos de la constante que, desde tiempo ha, ha prevalecido en este sector de la protección solar.
Parasoles y cenadores ya fueron víctimas de esa plaga invasora, antecediendo al toldo.
Parece que en estos artículos encontrábamos la ambigüedad de tratarse de unos sistemas de fácil instalación, además de ser susceptibles de poder moverse en el mundo de la estandarización de medidas, al no estar supeditados a ningún hueco, o pared.

En muchos establecimientos de nuestras concurridas calles, sobretodo en esas franquicias creadas en la venta al detall de frutas, y regentados por gente de Pakistán; así como en los ya conocidos bazares chinos, pueden verse instalados estos modelos de toldos, con unas estructuras llevadas al mínimo, y, por supuesto, sin la garantía ni la certificación de clase de las normativas que rigen en nuestro país.

Instalar un toldo no es tarea fácil.
Requiere de unos conocimientos y de una profesionalidad.
En un país como el nuestro, el poder cubrir la mayor superficie, adaptando el producto a la medida de su lugar de destino, es también un factor a considerar.
Y colocar un toldo en un balcón, o terraza, a una altura determinada del suelo, no es lo mismo que instalarlo a pie llano, con una sencilla escalera.
De ahí que, cada vez más, el mercado del profesional del toldo se encarrile a la especialización, a la garantía, y a la durabilidad.




Son, pues, dos vertientes en las que se ha segmentado el mercado, y que cogen caminos divergentes.

Porque un toldo de ofertado en las grandes superficies, tiene el final de su vida muy próximo.. y ya sentenciado.

Una imagen vale más que mil palabras....